Día 30
Llegados al final del primer mes, mi balance sigue siendo positivo y no me canso de contar las ventajas de una vida sin gluten. Debo reconocer que por un lado me da bastante pena mirar el trigo con distancia y con cierto resquemor... me ha estado haciendo mal de diversas formas durante tanto tiempo que cuesta volver a confiar en él. Pero también reconozco que las cosas de trigo tienen una cosa especial, sobre todo la pasta, que de otras harinas u orígenes no resultan tan apetitosos.
Pasado ese trauma y con las ganas de descubrir toda una nueva variedad de posibilidades de la mano de las almendras, las castañas, los garbanzos, el arroz y otros productos de los que fabrican harinas de diversas características, me estoy dedicando a investigar y leer las cualidades y características de la cocina sin gluten, de la vegana, de la sin azúcar, etc. ¡Y hay muchas posibilidades para remplazar, sustituir o alterar las recetas originales! Casi todo tiene un equivalente más sano o más natural y, aunque se pierdan algunas texturas, se gana en muchas otras cosas.
Como dije ayer, escuchad a vuestros cuerpos, pero también os animo a comer de forma inteligente, a elegir bien qué os echáis a la boca y a compartir vuestras experiencias con otros. A todos nos viene bien contar con un hombro en el que llorar las penas y las carencias, además de una fuente en la que buscar inspiración, apoyo e información.
Mi web seguirá abierta y el blog continuará con otros temas. Pero siempre quedará aquí este mes de experiencias para quienes inician el camino de lucha contra la cándida o para quienes abandonan el gluten. ¡Bienvenidos y seguimos juntos este camino!