¡Hoy fue mi cumpleaños! Y mi nueva vida me impidió celebrarlo como siempre lo hacía: con una deliciosa tarta, casera o comprada, con acidez, reflujos, subidones de azúcar y dolor de tripa. ¡Menos mal que me la salté este año!
La verdad es que no tuve tiempo a extrañarla, porque el día fue intenso de trabajo y de cariño. Una de las sorpresas, fueron dos libros dedicados a la cocina sin gluten que compartiré pronto con ustedes. Solo de empezar a mirar uno, se me han quitado las ganas de acercarme al trigo por una larguísima temporada. Resulta terrorífico saber lo que comemos; pero, como nos pongamos así, ni agua...
Durante el día no tuve mucha oportunidad de "celebrarme", pero por la noche me di el tiempo de preparar con mimo un risotto de quinoa (quinotto) con puerros, calabacín, cebolla y zanahora... ¡Delicioso! Fue un disfrute para los sentidos: además de bello, estaba muy sabroso y suave. Eso sí, no sé si es cuestión habitual, después sentí más sed que con otros alimentos. Por lo demás, nada grave.
¡Qué ganas tengo yo de investigar en los dulces que esta dieta permitiría! Estoy leyendo, buscando, investigando y espero pronto tener sorpresas al respecto. Por ahora, me voy a descansar que me lo he ganado. ¡Hasta mañana!