Día casero. No hay nada como reponer fuerzas entre la cama y el sofá, leyendo y descansando. Disfrutando sobre todo de una alimentación más saludable y que sienta de maravillas, mientras mi cuerpo va mejorando y lo agradece reduciendo algunos cuantos centímetros. A paso lento, pero seguro.
No voy a negar que a ratos me resulta complicado el desafío de cocinar "diferente" con los alimentos permitidos y hay días en que, como hoy, poca capacidad de inventiva tengo. Así que tiré de lo que tenía: aguacates rellenos de pollo, ensalada de lentejas con tomate, arroz integral, etc. Así y todo comimos rico y sano durante todo el día.
Además, las manzanas sientan de maravilla y agradezco poder comerlas de vez en cuando ya sea como merienda o para sustituir alguna cena en los días en que no tengo mucha hambre por la noche. No lo hago por dieta, sino porque el cuerpo realmente no me pide más comida en determinados momentos. Y, como decía, esta pieza de fruta sienta fantástico.