Día 19
Ayer aproveché un par de horas libres para ponerme a hacer una de las cosas que más me gusta: ¡cocinar!
Pavo al horno con laurel, al que luego pinté con una pasta de aceite de oliva, cúrcuma, curry vindaloo en polvo y canela, para que quedase con una costra en el exterior; y dejé hervidas unas lentejas para poder hacer una ensalada y distintas preparaciones con ellas. Además, compré verduras para toda la semana y conseguí agendar con mi amiga María una reunión para organizar un proyecto culinario que teníamos aparcado y para contarle más de esta Mi vida sin...
Voy llevando mejor el hecho de beber el agua oxigenada con infusiones, porque me resulta menos cansino su sabor. Supongo que tendré que ir cambiando la estrategia mientras esa parte del tratamiento sigue vigente. Por lo demás, ayer fue día de organizar mis próximas semanas en cuanto a las vitaminas que tomaré durante los meses más duros del invierno y de la "dieta", para que no me falte nada de nada. Que hay que cuidarse por todos lados.
Aproveché también de hacer una compra online de productos sin gluten ni azúcar, además de conseguir algunos ingredientes para practicar nuevas y sorprendentes preparaciones de cara a mantener esta alimentación especial por más tiempo, pero dándole versatilidad a las recetas, de manera de no aburrirnos ni tener la sensación de comer siempre lo mismo.
Y es que hay que echarle imaginación a esto: de comer, se pueden comer muchas cosas. Solo hay que abrir la mente y dejarse llevar para darse cuenta de que la dieta no es nada complicada de llevar ni de preparar. Solo hay que dedicar unos minutos a quererse y a disfrutar. Si bien la dieta parece vegana o vegetariana, no lo es. Y las carnes (sus proteínas) son esenciales para alimentarse. ¡No se confundan! Si hay algo que no se pasa con este estilo de alimentación, eso es hambre. ¡Uno se alimenta de maravilla!
Si tenéis alguna pregunta, no dudéis en comentar o preguntarme.
¡Feliz resto de semana!